Novela Otras lenguas, otros ámbitos

Más allá de la versión oficial, «House of Stone» enseña que nadie nace libre de su pasado

El ejercicio de mirar desde otro punto de vista lo que se está leyendo, en este caso, no es algo común. A menudo requiere que alguien te muestre otro camino para emprender la primera acción. Cuando el lector se enfrenta a la narración, si esta es potente y atractiva, se deja absorber por lo que lee, la mayoría de las veces sin percibir lo que no ha encuadrado esa obra, lo que queda en la sombra.

No hay una única verdad, hay múltiples ópticas. Sin embargo, lo más habitual, y lo que ocurre a menudo, es que concentremos la trayectoria de los países africanos desde un prisma simple y ramplón que comienza en un punto determinado en el que los blancos nos autoimponemos como protagonistas. Cuando para tratar de entender el presente, es preciso bucear en el pasado. Y de ese pasado nos están hablando desde hace mucho tiempo y cada vez con mayor dedicación.

La Trilogía de Mozambique de Mia Couto, por ejemplo, es también una deconstrucción de Ngungunyane  que está considerado como símbolo de la resistencia mozambiqueña contra el colonialismo portugués. Mostrando una parte que no solemos contemplar: el  soberano, señala el propio escritor, emprendió “un colonialismo interno, africano, dominando a todo un conjunto de pueblos que fueron subyugados de una manera u otra”.

Son las denominadas versiones oficiales que se autoimponen bajo intereses concretos para tratar de ocultar el resto. Así, la construcción de la Historia oficial de un país como, en este caso, Zimbabue, centro de la obra House of Stone de Novuyo Rosa Tshuma  precisa de mucho más que del relato monolítico. Y no solo del que nos ha llegado a nosotros, occidentales, sino también del que se ha perpetuado entre ellos.

Si en These Bones Will Raise Again, Panashe Chigumadzi iba, bajo la forma de un ensayo, a la búsqueda de la historia de Zimbabue a través de la boca de su abuela, Novuyo Rosa Tshuma da una vuelta de tuerca más en House of Stone, en forma de novela, virando hacia una parte del pasado de este país que ha sido silenciada. En palabras que no son mías, plantea el tema problemático de la narración sesgada de la herencia de la liberación de Zimbabue.

La trama de House of Stone podría ser cómica si no fuera tan trágico lo que encierra dentro de ella. Zamani, el traumático narrador huérfano y sin familia, encuentra en los Mlambo cuyo hijo adolescente ha desaparecido, unos padres subrogados. E inventa un término: “hi-story” para hablarnos de la reconstrucción del relato de su historia personal. Tshuma se vale de un ser a la búsqueda desesperada de unos orígenes para lanzarnos una obra que penetra en la Zimbabue precolonial, colonial y postcolonial para mostrar cómo el pasado da forma al presente y hará lo mismo, quizás, con el futuro (quien controla la narrativa, hereda el futuro). Y, en último término, para indagar en la “hi-story” del propio país.

La novela es importante, al margen de su calidad literaria, sobre todo para los propios zimbabueses ya que Tshuma ha nombrado y puesto en letras las matanzas que ocurrieron a partir de 1983. Gukurahundi, cuando Mugabe afianzó su poder, y con él el de los Shona, eliminando a los supuestos disidentes, bajo la base identitaria, que condujo a una serie de masacres contra la población minoritaria Ndebele. Identitarismos que manan desde la época de la colonización desembocando en unos hechos trágicos cuyas heridas siguen abiertas al haber permanecido bajo el manto del silencio. Perpetuados en unos hijos que asumen la violencia y el enfrentamiento. Propiciando una amnesia histórica que solo puede llevar a enquistar el dolor y a propiciar la vuelta de lo abominable.

Pero, además, lo que ella consigue al levantar este velo es una serie de reflexiones en torno a cuestiones que están en la base de la construcción de las naciones, ¿cómo se gestan estas?, ¿quién y de qué manera impone su versión?, ¿dónde queda el resto de narraciones? y la cuestión mayor ¿quién y cómo se beneficia de la división de seres a los que se ha hecho creer y vivir la pureza de una identidad?

House of Stone hace hablar a la gente corriente. Con un enigmático protagonista que repele y atrae a partes iguales, Tshuma (quien afirma que muestra lo mejor y lo peor de Zimbabue) nos muestra un ser complejo que se revela contra el estereotipo de la “víctima” que el imaginario occidental tan constante y vehementemente ha querido perpetuar. Y escribe dando vida a otros personajes que reinventan sus pasados para encajar en un presente en el que si no acatas la versión oficial no existes.

Nuestras lecturas nos construyen, sin duda. Pero también pueden, y deben, demolernos.

House of Stone (2018). Novuyo Rosa Tshuma. Editorial Atlantic Books, 2018.

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