Couto, Mia Historia Novela

La trilogía mozambiqueña de Mia Couto: Las arenas del emperador

Las etiquetas pueden hacer que las tres novelas que componen Las arenas del emperador (Mujeres de ceniza, La espada y la azagaya y El bebedor de horizontes), publicadas en el intervalo de tiempo que va de 2015-2017 y con muchos años de documentación detrás, se queden bajo el rótulo de “novela histórica”.

Es cierto que el núcleo de la trilogía toma como epicentro sobre el que girar para reconstruir todo un mundo un periodo histórico de Mozambique. En concreto, el de la guerra que los colonos portugueses llevaron a cabo contra el emperador Ngungunyane soberano del Reino de Gaza, en la zona sur de este país, a finales del siglo XIX. Sin embargo, una vez más etiquetar reduce y puede alejar de trabajos como este tanto a los lectores de este género como a aquellos que no suelen frecuentarlo.

Couto crea una ficción desde la realidad entretejida de leyendas con un lenguaje poético- sobre todo en el primero de los libros, Mujeres de ceniza, que destaca en mi opinión sobre los otros dos– excediendo con mucho la, por otra parte intensa, recreación histórica.

«Estoy fingiendo que estoy hablando de otras personas que ya no están con nosotros, pero estoy hablando de nosotros mismos. Estoy mintiendo al decir que estoy hablando del pasado, porque estoy hablando del presente», afirmó Couto en entrevista.

El León de Gaza

Así es como se conoce a Ngungunyane soberano de Gaza que está considerado como símbolo de la resistencia mozambiqueña contra el colonialismo portugués y del que el escritor recrea su vida entre los años 1894-1896. Couto habla de invenciones y falsificaciones históricas en torno a la creación del mito bajo los intereses de turno.

Sorprende en el primer título que el León aparezca como una figura ausente. Cobra fuerza en el segundo volumen y termina siendo un personaje desdibujado, débil y apartado en el tercer libro. En esta deconstrucción del personaje señala el escritor que el soberano emprendió «un colonialismo interno, africano, dominando a todo un conjunto de pueblos que fueron subyugados de una manera u otra. Unos con violencia, otros sin gran violencia, pero por alianzas, bodas, etc… » En este sentido, como se resalta en varios lugares a lo largo de la trilogía, portugueses y mozambiqueños no fueron tan diferentes.

Los pasados son múltiples

Una de las percepciones que transmite la trilogía es la diversidad y las múltiples caras que puede mostrar lo que denominamos “verdad”. Al irnos adentrando en la narración comprobamos que la percepción única que tienen los portugueses (por extensión los europeos) sobre los negros se hace añicos: afloran las diversas identidades, creencias y organizaciones diferentes a través de los diversos pueblos o personajes que van apareciendo en la narración.

Pero también es continuo el ver cómo los actores se mezclan entre ambos bandos, llegando, incluso, a luchar entre ellos. Los enemigos se confunden, los aliados también.

Del mismo modo las contradicciones abundan. Porque los comportamientos pueden ser fruto en un momento determinado de un sentimiento muy fuerte y al cabo del tiempo cambiar y mostrarse de otra manera. Así, aquellos que en un primer momento juzgamos en un sentido nos sorprenden al virar.

Couto insiste en la idea de la duplicidad y la mezcla. También en la de la falsa construcción de identidades como defensa ante el miedo. “Hay un viaje que se hace dentro de nosotros y que necesita ese contacto permanente con los demás, de manera que los demás dejen de ser los demás para pasar a ser alguien que está dentro de nosotros”, ha afirmado al respecto.

“Volar y soñar se dicen con la misma palabra”

Couto produce frases de gran belleza y construye espacios y hechos con la habilidad del mago que ya conocemos y que nos ha demostrado en otras obras anteriores suyas (Tierra sonámbula, El último vuelo del flamenco o El pie de la sirena). Llegando a crear micro-historias que en si mismas son capaces de desvelar decenas de imágenes que nos inundan al traspasar mundos: sueños-realidad o vivos-muertos. La riqueza de un universo mítico donde los presagios y las profecías tienen un gran protagonismo.

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Los puentes que se comunican

La joven protagonista que avanza con nosotros a través de las tres novelas, apenas alcanza la edad de 15 años pero es cogidos de su mano como llegamos a percibir el dolor más profundo, la violencia más extrema, y la injusticia cuando se la priva de todo aquello que ama. Imani se nos meterá hasta el tuétano y nos mostrará las dificultades de aquellos que, como ella, sobre todo mujer, no son 100% de ningún lugar, mulata de nacimiento, capaz de expresarse en un portugués perfecto, todos acudirán hacia ella para utilizarla a su favor (no en vano su nombre significa “Quién es”) ya sea como traductora del rey ya sea como espía de los portugueses. “Porque no nací para ser persona. Soy una raza, soy una tribu, soy un sexo, soy todo lo que me impide ser yo misma”-dice Imani en un momento del libro.

Su contravoz será Germano de Melo, un sargento republicano que ha sido castigado y exiliado a Mozambique por apoyar un levantamiento contra el Rey de Portugal. Ambos se enamorarán y serán el hilo conductor de los tres libros mostrándonos dos puntos diferentes de lo que acontece, con una historia que conmueve y plantea diversas cuestiones por la dificultad misma de la relación. Además, Couto no hurta el erotismo.

Imani, con su educación europea, y Germano, con su zambullida en tierras africanas, están llamados a complementarse.

El lenguaje, más que una manera de hablar

El portugués en el que se expresa a la perfección Imani hace que estos no vean su raza.  A lo largo de las historias la lengua será mencionada una y otra vez, bien señalando la importancia que cobra el que el portugués sea introducido en las mentes de los diferentes pueblos de Mozambique, siendo más que una manera de hablar “una manera de pensar, vivir y soñar” (p.38), bien porque los colonos no pusieron interés alguno en intentar aprender las diversas lenguas en las que se comunicaban aquellos a los que querían dominar.

Las mujeres, la peor parte

Las arenas del emperador muestra el pensamiento de los colonizadores para los que los negros son inferiores, a los que se mata, maltrata, humilla y muestra como animales de feria, a los que no se considera personas.

 A partir de 1887, después de la Conferencia de Berlín, Portugal considera Gaza como parte de su imperio colonial La superioridad blanca que lleva a la masacre y al esclavismo se refleja al lado de unos pueblos que no son idealizados y en los que se observa también muchas de las sangrantes acciones que se suponen solo a los colonizadores.

Lo caleidoscópico del libro se basa en la poliédrica mirada que se da desde ambas partes. Tanto portugueses como mozambiqueños no son tampoco homogéneos en su manera de pensar y en sus posturas ante lo que ven y viven. Al final del libro aparecen una serie de fotografías de algunos de los personajes y escenarios que aparecen en el mismo. Entre ellas hay una en la que unos hombres sostienen las manos cortadas de otros esclavos en el Congo belga. En torno a ella dos cartas de dos personajes portugueses nos darán dos visiones sobre lo que allí se muestra, enseñando cómo se puede ver y sentir horror o cómo es posible llegar a la justificación.

Pero, ante todo, Couto posa su mirada en las mujeres. Como ya hizo en La confesión de la leona, elige a una de ellas como su protagonista. Imani también significa “ceniza”. Su madre le explicará porqué, lo mejor es ser casi invisible. “Te puse ese nombre para protegerte. Cuando se es como la ceniza nada duele”.

«La diferencia entre la Guerra y la Paz es la siguiente: en la Guerra, los pobres son los primeros a quienes matan, en la Paz, los pobres son los primeros en morir. Para nosotras, las mujeres, existe aún otra diferencia: en la Guerra somos violadas por desconocidos”.

As areias do imperador. Una trilogia mocambicana  (2015-2017), Trilogía de Mozambique. Las arenas del emperador (Alfaguara, 2018) . Mia Couto. Traducción: Roser Vilagrassa y Rosa Martínez-Alfaro.

4 comments on “La trilogía mozambiqueña de Mia Couto: Las arenas del emperador

  1. Alberto Mrteh

    Deslumbrante. Otro puñado de libros que apunto en la libreta. Gracias como siempre por el descubrimiento.
    Es un placer leerte.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

    Me gusta

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