El pasado 18 de este mes fallecía la escritora guineoecuatoriana María Nsué. Muy poco, en comparación con su importancia, se sabe sobre la obra de esta mujer, que fue conocida como «la hija loca del ministro» y que fue la primera mujer escritora de su país, todo un hito en un lugar en el que hay apenas dos librerías y ninguna editorial.
Sobre su vida se puede encontrar algún dato más. Su padre, ministro de Educación, fue torturado por las autoridades coloniales españolas y murió asesinado por agentes de Macías en la embajada de Etiopía a los 53 años. Ella salió de Guinea Ecuatorial con 8 años y vivió en Madrid durante gran parte de su vida.
El 8 de noviembre del pasado año ofrecía una entrevista para el programa «Africanía» de la «Fundación Sur» en el que contaba lo que la llevó a escribir. Cuando llegó a Madrid no conocía nada de su propia cultura, sentía que había un gran vacío en torno a ella, por ello pensó escribir «para sus hijos, para sus nietos» a partir de dos personajes normales, en los que cualquiera se pudiera identificar.
En los años 90 volvió a Guinea Ecuatorial y llegó a trabajar de Directora General de Radiotelevisión.
En lo personal cuentan los que la conocieron que era una gran persona de trato amable. En las pocas apariciones públicas que aparecen grabadas en internet se muestra como una mujer de carácter, que opinaba sin pelos en la lengua, sensación quizás agudizada por las fuertes arrugas que endurecen su rostro. Confesando que no le interesaba la política manifestó en una entrevista para GuinGuinBali que «Obiang era la única persona en toda Guinea en quien confiaba» y se mostró muy crítica con aquellos que decían sentirse perseguidos por el régimen.
En otra aparición suya, la que mantuvo dentro de los encuentros que organiza «Casa África» dentro del marco de las «Letras africanas», enfatizaba sobre la necesidad de no olvidar los orígenes, defendiendo la importancia de la tradición, la oralidad y la palabra silenciada.
No fue una escritora demasiado prolífica y siempre será recordada por Ekomo, publicada en 1985 (reeditada por Sial en 1988), y considerada la primera novela guineoecuatoriana de la post-independencia. Objeto de estudios, muy elogiado, es un libro envuelto de una sonora y cuidada poesía. Su protagonista es una mujer que se enfrenta a las tradiciones, «mostrando la realidad, sin ánimo de denuncia».
Después vendrían Delirios (1991) en el que se compilan sus poemas y Cuentos de la Vieja Noa (1999). El pasado año la editorial Sial publicaba Cuentos y relatos, una recopilación de relatos cortos.
En la citada entrevista para «Africanía» desvelaba su próximo proyecto con el que se mostraba muy ilusionada, un trabajo con niños.

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