Crowdfunding Infantil y juvenil

Un afrocuento puede ser realidad

ilombe

Si repasamos los cuentos de nuestra infancia pronto caemos en la cuenta de que ninguno de ellos está protagonizado por personas de piel negra (tampoco por casi ningún asiático, por ejemplo, o por personas con discapacidad o LGBTI…). El elenco de narraciones que somos capaces de recordar sobrevuelan un inmenso tapiz en el que los hilos que lo cosen son los que componen nuestro propio mundo. Es una alfombra hermosa, sin duda, pero le faltan colores.

Nos hemos perdido multitud de historias por el camino que nos habrían enriquecido, hecho más empáticos, en definitiva más humanos. Esto en nuestro caso, en el de ellos es algo diferente. Han crecido casi sin referentes propios. Sin verse reflejado en lo que leían. Aprendiendo con otros modelos. Muchas infancias diversas han leído otros mundos que no son el suyo, lo cual está muy bien, pero el problema llega cuando ninguno de esos mundos leídos es el propio. En definitiva, cuando esas infancias no se encuentran reflejadas en los textos que tienen delante porque, en el peor de los casos, no existen.

Hablamos de Bibliodiversidad. Es decir, de la necesidad de que haya diversas voces presentes en los libros.

Todo lo anterior, y mucho más, subyace tras la idea que ha empujado a Alejandra Ntumutu y a la ilustradora Lydia Mba a buscar financiación para que un afrocuento, El viaje de ILombe, pueda verse publicado. Necesitamos libros diversos, claman convencidas, ellas que creen que todos los niños merecen estar representados en los cuentos que tienen entre sus manos. Por eso es tan importante para ambas impulsar la publicación de este cuento africano, que les llega de generación en generación desde Guinea Ecuatorial.

Lydia resume con estas palabras lo que ha supuesto para ella este libro: «Ilombe me ha ayudado a conocer parte de mi historia, yo soy una afrodescendiente nacida en Madrid y durante el proceso he investigado y hablado con muchos ecuatoguineanos que me han ayudado a conocer más de la historia y la magia de Guinea Ecuatorial».

Afrodescendientes ambas, encontraron en las palabras de sus familiares la luz y el color de la cultura de la que provienen. Fueron sus narraciones, contadas con la pasión que ponen solo aquellos que saben que están transmitiendo todo un mundo, las que les abrieron puertas y ventanas hacia sus orígenes. Y más allá supuso el reconocerse por fin en aquellos relatos y recuperar su propia herencia cultural. Porque El viaje de ILombe, si contemplamos el libro como un todo desde su génesis hasta el resultado final, habla de muchas cosas, también de la travesía de aquellos que emigraron.

Hablamos de un libro que además es una herramienta imprescindible para comprender mejor el mundo. Desde los cuentos, los niños acceden a culturas y sociedades, maneras de relacionarse y de vivir, de una manera natural, fácil y duradera. Así lo creen también desde la Asociación «Afromurcia en movimiento» que impulsó la creación del proyecto PotoPoto (del que ya hablé en este blog), que dirigen con mucha ilusión, originalidad e inteligencia Alejandra y Lidya. La una, la escritora que ha acabado por dar forma al texto, convencida de que el cuento es «una forma de tejer vínculos entre generaciones».

La otra, la ilustradora, firme defensora de la importancia que tienen los dibujos que acompañan a los cuentos en la infancia. «La imagen es un medio de comunicación más directo que el verbal. Se ha utilizado desde tiempos remotos para contar historias. Normalmente acompañan a textos para reforzarlos y ayudar a su comprensión. Su utilización en los libros infantiles es imprescindible. Porque ayudan a los niños a entender e identificar el mundo que los rodea. Hacen más fácil la lectura y ayudan a mantener la atención», nos comenta.

Lidya añade que «para los personajes de El viaje de ILombe me he inspirado en las máscaras fang, con sus formas alargadas sus ángulos y facciones características. Y sobre todo en el pueblo ecuatoguineano, en las historias que me cuentan, en su voz, sus miradas, en mi familia. Al final lo que te rodea y la propia vida es la mayor fuente de inspiración».

El viaje de ILombe será realidad si entre todos colaboramos para que la literatura infantil también se vaya llenando de otros relatos, con otros personajes e historias. Para ello Potopoto busca financiación a través de Verkami. El plazo termina el 25 de enero: faltan solamente 13 días. 

«Las niñas y niños que conviven con otras culturas desde pequeños lo asumen como algo natural. Los más pequeños no son racistas, no son intolerantes. Esos prejuicios los aprenden de los mayores. Inculquémosles desde ya la importancia de lo diferente, que nos enriquece y nos hace crecer como personas», explica Alejandra Ntutumu.

…¿nos ensuciamos?.

Poto poto

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