Escribiendo y algo más Soyinka, Wole

Wole Soyinka, un joven escritor de 80 años

Fotografía: http://www.africaworldnewspaper.com

La primera obra que escribió Wole Soyinka fue A Dance of the Forests (La danza de los bosques, 1963) y con ella marcó la declaración de independencia de Nigeria, conseguida en 1960.

En ella aparecían, al menos, tres de los rasgos que iban a caracterizar su obra posterior, Por un lado, introducía las técnicas más vanguardistas junto a la cultura tradicional yoruba. En segundo lugar, realizaba una sátira sobre los problemas de una joven nación post-colonial corrupta y, finalmente, provocaba el enfado al destapar las miserias de una Nigeria a la que conminaba a no repetir los errores del pasado. A través de sus páginas mostraba las preocupaciones socio-políticas de un joven de veintinueve años, capaz de plasmarlas con profundidad y alcance.

«El hombre muere en todos los que callan ante la tiranía»

Desde el pasado año, Wole Soyinka ha aparecido en diversas ocasiones en los medios de comunicación, mostrando su carácter inconformista, crítico y comprometido, a la vez que demostrando que se trata de un personaje icónico vivo, espejo y reflejo de la fuerza y empuje de una letras africanas que, cada vez, tienen más presencia dentro y fuera de África. Sin embargo, él aparece como un intelectual más reconocido en su propia Nigeria natal por su activismo que por su obra.

Muchas han sido las ocasiones en el pasado en las que Soyinka no se ha callado; realizó una enérgica campaña contra las atrocidades cometidas por el dictador Idi Amin en Uganda, sus convicciones hicieron que acabara en la cárcel en 1967 durante la guerra civil nigeriana y apoyó al pueblo Ogoni en su lucha contra la actuación criminal de las petroleras. Aprovechó la ceremonia de entrega del Nobel de Literatura, que le otorgaron en 1986 siendo el primer escritor africano en recibirlo, para lanzar un apasionado discurso contra el Apartheid que dedicó al entonces encarcelado Nelson Mandela. Después, continuó con sus críticas contra el dictador Sani Abacha ya en la década de los noventa, que provocaron su exilio, y hoy sigue con el mismo espíritu combativo de siempre.

Cuando en 2013 le tocó decir adiós a Chinua Achebe, en una entrevista para «The Sahara reporters«, reveló que había recibido peticiones para que mediara en la concesión del «Nobel de Literatura» con carácter póstumo a Achebe, lo cual consideraba que era hacer un flaco favor tanto a la obra del escritor como a la propia literatura que emana del continente, y dejó claro que llamar a Achebe «padre de la literatura africana» tiene tan poco sentido y denota tanta ignorancia como llamarle a él mismo «padre del teatro contemporáneo africano».

A comienzos de 2014, fue la persona encargada de dar inicio al año de la «Capitalidad mundial del libro» que le había correspondido a Port Harcourt (Nigeria), al tiempo que daba a conocer la lista de preseleccionados al «Premio Caine«. En mayo, la revista «Africa is a country» recogía sus fobias sobre las redes sociales. En junio, arremetía contra la inusitada violencia de «Boko Haram» quien había secuestrado a 200 niñas que a día de hoy siguen en esta situación, hablaba del genocidio igbo en la guerra de Biafra y, recientemente, en la presentación de un libro-homenaje por sus 80 años de vida, Essays in honour of Wole Soyinka at 80, una colección de ensayos escritos por gente de la talla de Toni Morrison, Ngugi Wa Thiong´o Ama Ata Aidoo, elogió al presidente de Ruanda, Paul Kagame, de cuyo gobierno dijo «se funda en el respeto de los derechos humanos y la libertad.»

A pesar de que Soyinka sigue siendo un escritor políticamente activo,  no se ve a si mismo como tal, rechazando de plano dicha etiqueta y, aunque su trabajo está unido de manera irremediable a su preocupación por el ser humano en clave social, resume su postura en esta frase: «Siempre he rechazado cualquier responsabilidad especial para el artista«. Él se declara simplemente humanista.

Aké, aquel terreno extendido y ondulante

1948

1966

2014

Su vida la ha ido volcando en sucesivos libros; sus experiencias y recuerdos de infancia y adolescencia en Aké, los años de la niñez (obra de la que se ha realizado una película que está pendiente de estreno), su experiencia de su paso por la cárcel, donde estuvo dos años, en el libro El hombre ha muerto, hasta que en 2006, publicó su libro de memorias Partirás al amanecer (You Must Set Forth at Dawn).

En 1989 emprende la escritura de su obra autobiográfica Aké, los años de la niñez (en castellano la editó Alfaguara). En ella narra su infancia en la aldea de Aké, una niñez en la “que se mezclaba la vida tradicional africana, las relaciones y la presencia del mundo colonial”. La obra se inicia con un Soyinka de apenas tres años, que va contando el día a día de una existencia vivida dentro de la cultura yoruba, con sus creencias y sus mitos, y cristiana. Junto al niño aparecen sus  padres: el director de la Escuela, Essay y la madre, a quien llama “la Cristiana Salvaje”, quienes le proporcionaron un hogar que supuso un  estímulo tanto vital como intelectual.

Diferente tono tiene El hombre ha muerto (1972). Soyinka, como otros intelectuales nigerianos, estaba intentando montar un grupo de presión que sirviera para que los países extranjeros se negaran a vender armas a ambas partes del conflicto de la guerra civil nigeriana, conocida como guerra de Biafra. Su acción se consideró subversiva y el Poder intentó acallar esa conciencia actuante. El hombre ha muerto son las notas de su paso por prisión, un alegato de la capacidad del hombre para subvertir las reglas establecidas y sobreponerse al mecanismo imparable de los que detentan el poder.

«Aunque llegué al final del viaje,
jamás sentí que hubiera llegado.»

La estacion del caos LOS INTERPRETES Aké, los años de la niñez El hombre ha muerto

La obra de Soyinka es extensa y variada. Ha escrito sobre todo teatro, pero también poesía, novela, ensayo o crónicas. En castellano, a raíz de la concesión del Nobel de Literatura, tradujeron otras obras, entre ellas: Los intérpretes y La estación del caos.

Desde mi experiencia, sé que no es un escritor fácil. A menudo requiere mucha concentración y paciencia para ir adentrándose en su universo plagado de referencias a la cultura tradicional yoruba pero también encuadrado en la más moderna y contemporánea realidad, obra que nos habla de nosotros mismos, de nuestros límites y de nuestras fortalezas. Creo que leer a Soyinka es una experiencia que nos agranda como seres humanos.

Wole Soyinka fue el primer escritor africano que leí… y que sigo leyendo. No sé si algún día dejaré de hacerlo.

2 comments on “Wole Soyinka, un joven escritor de 80 años

  1. Tengo algún libro aparcado que no he comenzado a leer, pero con esta entrada, lo pongo en la lista¡¡ será mi próximo autor. Gracias,

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