La verdad es que este comienzo de año nos está dejando muchas novedades editoriales relacionadas con las literaturas africanas, pero sin duda el escritor que aparece para nuestro contento, mes tras mes, es Ngũgĩ wa Thiong’o (eterno candidato al Nobel de Literatura, como bien nos están recordando por todas partes… ¿oído cocina?).
A su presencia en Barcelona, en el CCCB, se ha unido una importante cantidad de traducciones que están llegando, para alegría de sus seguidores, a nuestras librerías. De pronto, el escritor aparece por doquier. Y queremos que la racha siga.
Razones las hay y sobran. La trayectoria literaria de este gigante supera con amplitud la veintena de obras escritas. Si bien comenzó escribiendo en inglés, fue tras su paso por la prisión de máxima seguridad de Kamiti (Kenia) por haber escrito una obra de teatro en kikuyu (o gikuyu) crítica con el gobierno y por haberla puesto en escena con campesinos y trabajadores, donde tomó la decisión de escribir usando para ello el papel higiénico de su celda, la primera novela moderna escrita en lengua gikuyu o kikuyu, Caitaani mũtharaba-Inĩ (El diablo en la cruz, editada por Txalaparta en 1994). Esta es precisamente una de las obras del keniata que han sido reeditadas este año por Editorial De Bolsillo junto con otra de sus obras maestras: Un grano de trigo.
Además, Kallas Editorial ha publicado No llores pequeño, cuyo título original es Weep Not, Child y que cuenta con traducción a euskera Negarrik ez, haurra (Txalaparta), y han aparecido Descolonitzar la ment y Desplaçar el centre en catalán.
En este cuadro resumen podéis consultar los títulos de la trayectoria de Ngũgĩ wa Thiong’o que podemos leer en castellano, catalán o euskera hasta el momento.
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![]() No llores pequeño. Kallas, 2017. Traducción: Alicia Frieyro Gutiérrez |
![]() Negarrik ez, haurra. Txalaparta. Traducción: Pernaldo Barrena |
![]() Descolonizar la mente. DeBolsillo, 2015. Traducción: Marta Sofía López |
![]() Descolonitzar la ment. Raig Verde, 2017. Traducción: Blanca Busquets |
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Cómo desplazar el centro y por qué
Una de las últimas obras en añadirse a la lista anterior ha sido Desplazar el centro. La lucha por las libertades culturales, también editada por Rayo Verde y su traducción a catalán bajo el título Desplaçar el centre.
Cuando Ngugi tomó la decisión de escribir en gikuyu/kikuyu en 1977, continuó haciéndolo en inglés para los ensayos. En esta ocasión se recogen varias conferencias y textos escritos entre 1985 y 1990. Contiene, además, un prólogo escrito por él mismo a día de hoy que eché en falta cuando se publicó Descolonizar la mente y que nos resitúa sobre lo que vamos a leer.
El volumen contienen tres partes: Liberar la cultura del eurocentrismo, Liberar la cultura de los legados coloniales y Liberar la cultura del racismo. Después en torno a estos tres grandes ejes se han ido colocando los veintiún textos, no ordenados de manera cronológica sino en razón a su obediencia a alguno de estos bloques, aunque más de uno oscila entre varias aguas.
La preocupación de Ngugi por desplazar el centro en dos sentidos, entre naciones («Lo que se refiere a Occidente se convierte en «lo universal», y lo que se refiere al tercer mundo se convierte en «lo local», pág. 65) y dentro de cada nación, ha sido el motor continuo de su obra y pensamiento. Una reflexión que en él nunca ha cesado, cuestionándose siempre todo lo que contempla y cree digno de ser pensado y puesto en común y que ha atendido entre otras preguntas a ¿para quién escribo? y ¿sobre quién?, pero que transcienden lo que es el ámbito literario.
Desplazar el centro puede ser leído por todos aquellos que tienen interés en las literaturas africanas (deseamos que no solo). En este sentido, Ngugi propone un repaso de las tres tradiciones que contiene: la oratura o tradición oral, la escritura de los escritores africanos que escriben en lenguas europeas y por último, la de los africanos que escriben en lenguas africanas. Nos habla de una literatura, la segunda, que se escribe con las «lenguas del poder» y se queja de que el «arte de la traducción» no ocupa el mismo lugar que las otras artes.
Después habla de acabar con el legado colonial. En este sentido, resalto la importancia que le concede a otro pensador Frantz Fanon a quien menciona por sus obras capitales: Piel negra, máscaras blancas y Los condenados de la tierra. En concreto, resalta que «una lectura exhaustiva del capítulo «Desventuras de la conciencia nacional» del libro Los condenados de la tierra es necesaria para entender la obra literaria africana de los años sesenta, para añadir «La literatura de este período no es más que una serie de imaginativas notas al pie de la obra de Frantz Fanon». Para pasar después a interpelar y remover el papel de intelectuales y academicistas.
El último conjunto de textos es un amalgama de diversos puntos de vistas en torno a cuestiones que considera necesarias de resaltar o criticar. De entre ellos destaca uno de los primeros que escribió en 1981. Fue un discurso en Copenhague, bajo el tíulo «Su cocinero, su perro. El África de Karen Blixen» y en el que nos muestra otra cara de la escritora danesa que «el mundo» (es decir, occidente) parece no querer no ver.
«La situación del escritor en el África del siglo XX es un reflejo de la sociedad en su conjunto» afirma en este libro. Durante la época colonial el pueblo africano fue despojado de sus tierras, su trabajo y su mente. Bajo la independencia, el poder económico siguen en manos de multinacionales que interponen a la élite que gobierna bajo el dictado de Occidente. «África es un continente alienado de sí mismo debido a los años de invasiones extranjeras y de déspotas internos. El exilio en el ámbito literario, así pues, no es más que el reflejo de un estado de alienación de la sociedad en su conjunto, un claro caso de la herencia colonial que ha dejado cicatrices en el cuerpo, el corazón y la mente de nuestro continente» (pág. 189)
Desplazar el centro. La lucha por las libertades culturales (Moving the Centre, 1993) – Editorial Rayo Verde. Traducción: Víctor Sabaté. 2017 / Desplaçar el centre – Raig Verde.Traducción: Dídac Gurguí. 2017
Pingback: El África de Karen Blixen, contada por su cocinero Kamante – Literafricas
La buena literatura africana no es para nada literatura local si no literatura universal con todo derecho. Tu nos lo haces ver en todas y cada una de las entradas de este blog.
Saludos :))
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Gracias
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