La editorial Wanafrica me ha hecho llegar las que son sus últimas novedades. Se trata de una interesante propuesta que bajo el título «Pensamiento africano de ayer para mañana» acerca la figura y la obra escrita de personajes africanos que lucharon por las independencias.
Los libros son de formato pequeño, muy manejables, a un precio asequible, aptos para llevar con comodidad en el bolso y echarles una ojeada antes de regalárselo a los más jóvenes de la casa (si es el caso). Y, aunque a priori el público al que van dirigidos los dos primeros volúmenes de esta serie recién comenzada son ellos, más de uno encontrará una manera fácil de adentrarse en los pensamientos de estos dos protagonistas de la Historia. Una forma de adentrarnos en sus figuras y conocer a través de sus propias palabras su influencia.
Amílcar Cabral
Amílcar Cabral fue el ideólogo de la independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde (ambas colonias portuguesas), a través del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) fundado por él, afirmación que se recoge en multitud de textos que informan sobre su biografía. De hecho, Guinea-Bissau fue la primera colonia portuguesa africana que obtuvo la independencia, antes incluso del derrocamiento de la dictadura de António Salazar.
Cabral, tal y como se recoge en la introducción de esta breve recopilación de textos suyos, «fue de facto el líder de la lucha de los pueblos de las colonias portuguesas contra el colonialismo» y sus textos se encuadran dentro del pensamiento de un hombre clave que la historia ha decidido olvidar.
Hace años tuve la ocasión de leer uno de sus textos capitales, Nacionalismo y cultura (Bellaterra, 2014). Me resultó entonces un texto en algunos puntos desfasado (tengamos en cuenta cuándo fue escrito). Pero, al mismo tiempo, interesante en la importancia y vigencia con la que focalizaba el factor de la cultura como motor de resistencia y de contestación.
En lo personal fue un líder que llevó vida y discurso con coherencia. Consideraba la ausencia de ideología como la característica más ampliamente compartida por las élites africanas, tal y como resalta Carlos Lopes en la introducción, lo que le llevó a estudiar en profundidad todos los tipos de resistencia. «La lucha de la liberación es, antes que nada, un acto de cultura» escribe, y proponía una «vuelta a los orígenes» no como una vuelta a la tradición sino como una vuelta a la propia cultura de los pueblos africanos.
El 20 de enero de 1973 fue asesinado por hombres de su propio partido, no pudo ver lo que, a base de pensamiento y obra, había empujado a conseguir: la independencia del régimen colonial portugués. Desaparecía así una de las grandes figuras africanas del siglo XX.
Julius Nyerere
Yash Tandon, quien ha seleccionado los textos, lo conceptúa como «rey-filósofo», en la introducción del libro dedicado a su figura, es decir como aquel que filosofaba mientras gobernaba. De hecho, no ha dejado una serie de escritos que expliquen su pensamiento, pero construyó una corriente de pensamiento que llevó a la práctica. En castellano se publicó en 1972 Socialismo, democracia y libertad (Editorial Zero).
El que fuera, además, traductor de las obras de Shakespeare al swahili, fue un hombre de ideas. Ideó un «socialismo a la africana», radicalmente innovador, «ujamaa» (palabra derivada de la raíz etimológica de «familia» y «comunidad») que se materializó, con desigual éxito, en su país, Tanzania, mientras soñaba con una África unida.
Fue también impulsor de la cooperación sur-sur, creando en 1987 la «Comisión del Sur».»Es imposible- escribe Tandon- resumir en pocas palabras la contribución de Nyerere a la causa del Sur. Nos dejó una excelente exposición en cinco puntos que resume la nacionalidad y la dirección política que el Sur debería adoptar. Estos son los cinco puntos:
- Centrar imperativamente el desarrollo en el pueblo.
- Perseguir una política nacional con la máxima autosuficiencia
- Completarla con una política colectiva Sur-Sur basada al máximo en el principio de autosuficiencia
- Construir una solidaridad máxima Sur-Sur en las relaciones con el Norte
- Desarrollar la ciencia y la tecnología»
Nyerere dio siempre una importancia capital a la educación e invitaba a pensar por uno mismo. Murió de leucemia en 1999.
“Desearía encender una candela y ponerla en la cumbre del monte Kilimanjaro para que ilumine hasta más allá de nuestras fronteras, dando esperanza a los que están desesperados, poniendo amor donde hay odio, y dignidad donde antes sólo había humillación” (Julius Nyerere)
Reblogueó esto en Acuarela de palabras.
Me gustaMe gusta
Pingback: Así, de pronto aparece Baphala Ediciones, desde | ONG AFRICANDO SOLIDARIDAD CON AFRICA