Después de Achille Mbembe. O al lado. Tal y como señala la profesora Josefina Bueno en el prólogo de este conjunto de breves ensayos de Leónora Miano. «Los dos se oponen al carácter fijo de la identidad», escribe la directora del portal Biblioteca Africana de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Continuamos, pues, indagando en las identidades, esta vez de la mano de una escritora original, que arriesga en sus textos y propone rasgar el modo de visionar la historia para ofrecer otros ángulos, complicados a veces, pero de gran fuerza.
En «Vivir en la frontera» nos ofrece la oportunidad de profundizar en el entendimiento de sus novelas, tanto a nivel de composición como de ideas, a través de su propia manera de contemplar su obra y la literatura en general. Sin embargo, además de ser una lectura placentera para todo aquel que disfrute con el intento de un escritor que se ha leído de tratar de explicarse, este volumen contiene también una gran cantidad de conceptos clave para entender las nuevas realidades vitales/literarias que están (llevan) surgiendo.
Afropeo/a, por ejemplo.
Término acuñado por el cantante de «Talking Heads» David Byrne, para describir la música de grupo belga-congoleño «Zap Mama» y que más tarde popularizó el dúo «Les Nubians». Concepto que proviene de la música, lo cual no sorprende después de conocer la gran importancia que la misma tiene en la trayectoria de la camerunesa («es un elemento capital en la elaboración de mis novelas» (p.39). Sobre todo el jazz. No en vano describe este género musical como «la estética de una mezcla armoniosa de universos aparentemente antagónicos». Según propia confesión, todas sus producciones literarias contienen composiciones que provienen de la música.
Su trilogía «Suite africana» contiene grandes dosis de lo anterior. Así, El interior de la noche (2005) descansa en una estructura AABA frecuente en el jazz. Coutours du jour qui vient, fue creada «como una obra musical con varios movimientos». Y, «Les Aubes écarlates» también utiliza elementos jazzísticos. Por último, Tels des astres éteints fue concebida «como un recital».
Como escritora de temas difíciles, se identifica con el blues. Con la fuerza que transmite a pesar de la dureza. Y de todas sus novelas siente especial afección por Tels des astres éteints, dedicada «a las identidades fronterizas». Tal y como ella define su propia identidad: «La frontera, según la defino y la vivo, es el lugar en el que, sin descanso, los mundos se tocan«. Esa zona de contacto, donde dos o más mundos se ven compelidos a convivir dentro de uno mismo, esa hibridez. Los nuevos tiempos mandan también en el juego de las identidades.
Y mientras se define, da un repaso en su ensayo «Leer por fin a los escritores subsaharianos» título que por si mismo ya nos induce a pensar por dónde van a ir las reflexiones de la escritora. Ese «por fin» da por concluido un camino lleno de deseos que ella inicia desde la reflexión sobre la (eterna) pregunta inicial (¿qué es la literatura africana?). Miano nos propone una visión poliédrica de un prisma de tres caras (bien limitada en su examen a la literatura africana de expresión francesa): quién lee y cómo (tras examinar a los lectores y concluyendo que se lee de manera bastante superficial); quién escribe y cómo (incisiva en la revisión de la trayectoria de dos escritores africanos- Gilbert Gatoré y Gerges Yémy- que exceden en sus obras los límites que con frecuencia se les acaba poniendo-«esperando»- a estos autores), y finalmente quién propone la literatura y cómo, donde desde su particular estilo directo y que ella misma denomina «político» lanza sus quejas hacia críticos, lectores, casas editoriales y mundillo literario occidental en general, pidiendo un respeto hacia los escritores subsaharianos como artistas que deciden escribir sobre lo que les interesa o simplemente les preocupa. Abordando de nuevo la cuestión de cómo nos ven/somos.
Tanto si te gusta la escritura de Miano como si no la conoces, Vivir en la frontera es una buena excusa para adentrarse en el mundo literario africano actual (ése que, por cierto, y esta es mi opinión, no existe) y para comenzar a demoler ideas previas sobre identidades y sobre lo que esperamos (a veces) de la llamada literatura africana.
Todas las novelas que he escrito hasta la fecha nacieron de una interrogación, intensa y apremiante, que me empujó hacia la escritura: escribir no para decir lo que se sabe, sino para intentar saber algo. (pág. 65)
Ficha:
- Título original: Habiter la frontière (2012)
- Idioma: Original: Francés
- Traducción al castellano: Los libros de la Catarata (2016)
- Traductora: Lola Bermudez
- Páginas: 171
Interesantísimo, una vez más. Pero no he entendido el paréntesis final respecto al mundo literario africano actual: «(ése que, por cierto, no existe)». ¿No es él la razón de ser de este blog? Seguramente se me ha escapado algo… :·)
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Entendiendo que en el continente africano hay miles de literaturas y no solo una, en ese sentido. No es posible hablar de mundo literario africano como un global: podemos hablar de lo que se escribe en Malí o en Argelia por ejemplo…e incluso de lo que se escribe en luo o lingala… pero…
Un abrazo y gracias.
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