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Perdidos en la traducción: lo que queda por descubrir

Masande Ntshanga en la presentación de su libro «Reactive». Foto: Random House Struik

El otro día leí la noticia siguiente: Masande Ntshanga, un desconocido hasta entonces para mi,  ha publicado su primera novela The Reactive. La nota iba acompañada de fotos y de un texto en el que se habla de la obra y del escritor que en 2013 ganó el PEN Internacional/ New Voices Award (un premio que se ha estrenado para dar a conocer nuevas voces de entre 87 países, entre los que está Sudáfrica, tierra del ganador). La historia por la cual ganó el premio,  es un relato corto, Space, lo puedes leer aquí [en]. Sobre ella el bloguero James Murua habla sin demasiado entusiasmo.

Esta sea quizás la primera noticia que tengas sobre Masande Ntshanga y quizás también la última. Como él, muchos escritores surgen cada año y después caen en el olvido (o no). Sin embargo, hay otros cuyas obras son elogiadas, premiadas (aunque esto es lo de menos), comentadas y leídas por miles de lectores en su lengua original. Sobre los mecanismos que hacen que un libro se coloque en primera plana queda mucho por hablar, pero lo dejo para otro artículo. La novela de Masande Ntshanga es sólo una de los cientos de novelas que se publican por personas que tienen vínculos con el continente africano (o han nacido, o son descendientes de africanos) y está escrita en inglés, uno de los idiomas mayoritarios en lo que a narrativa africana se refiere (los otros son el árabe, el francés y, en mucha menor medida, el portugués) pero de la que apenas (¿99%?) tenemos noticias.

En LitERaFRicA se intenta que aparezcan todos, incluso aquellos cuya obra permanece escrita en alguna lengua europea. En el mes de abril, #Africa39 nos sorprendía con un listado de jóvenes promesas del Áfricaafrica39-project sub-sahariana, lo mismo había ocurrido con #Beirut39 para las nuevas voces del norte africano, lista en la que aparecían junto a escritoras que gozan de reconocimiento internacional (Chimamanda Adichie Ngozi), otros nombres más desconocidos (de países como Liberia, Hawa jande Golakai o Zambia, Zukiswa Wanner).

El magacín Wiriko es un punto de referencia imprescindible si se quiere estar al día sobre lo que se está cociendo en torno a las letras africanas. Carlos Bajo Erro, siempre atento a los nuevos valores que surgen en el continente, nos acerca un buen número de autores y obras aparecidas a lo largo de este 2014 que merecen nuestro interés.

dust

La última autora en aparecer por el magacín ha sido la keniata Yvonne Adhiambo Owour, de la que ya hablamos en el especial sobre Kenia. Ganadora del Caine en 2003, pertenece a la oleada de autores que son impulsados desde Kwani?. Su novela Dust, recién publicada este año, ha conseguido el favor de los críticos de grandes medios desde el New York Times hasta el Washington Post.

Ajany es el personaje central de esta novela, se trata de una artista keniana instalada en Brasil que regresa al país para enterrar a su hermano Odidi, asesinado durante los enfrentamientos que siguieron a la confusión postelectoral de 2007. Las preguntas y la búsqueda suceden naturalmente al dolor, como una manera de encontrar la explicación del drama. Sin embargo, las pesquisas de Ajany ponen al descubierto los episodios de una historia familiar que habían sido enterrados, silenciados, pero no olvidados.[Wiriko]

odibe

Okey Ndibe, perteneciente a la etnia Igbo, había descrito su infancia en la guerra de Biafra en el ensayo My Biafran Eyes (2008) y había publicado una novela Arrows of Rain, cuando apareció Foreign Gods, Inc. «con la que ha asaltado las páginas de los medios más influyentes desde The New York Times hasta The Guardian.» Elogiado por escritores de la talla de Wole Soyinka o Ngugi wa Thiong’o, también Chema Caballero nos lo recomendaba entre los listados de «10 libros de literatura africana».

En Foreign Gods Inc. Ndibe ha colocado como protagonista a Ike, un taxista nigeriano en Nueva York, que se involucra en el mercado del arte. Con ello, el escritor nigeriano afronta diversos temas, algunos de ellos espinosos. Por un lado, el del expolio artístico del continente africano. Por otro, la visión que un nigeriano de tiene de una cultura estadounidense que muestra unos preocupantes rasgos de excentricidad. Igualmente, aborda la cuestión de la identidad, de las migraciones, de los sueños y la frustración. Y, además, lo que podría ser interpretado como una falta de respeto hacia las creencias de otras culturas y la relatividad de cuestiones que podrían entenderse tan absolutas como la religión.[Wiriko]

mukoma

A principios de año apareció Black Star Nairobi  de Mũkoma wa Ngũgĩ. Se trata de un thriller o novela policiaca, con una pareja de detectives de diferentes nacionalidades (uno de Kenia, el otro de América) y eligiendo como marco las elecciones en Kenia de 2007, ambos tendrán que investigar una muerte misteriosa que parece estar vinculado con un reciente atentado contra un hotel en el centro de Nairobi. Se trata de la continuación de Nairobi Heat. El escritor afirma estar inspirado por Walter Mosley, Sara Paretsky o Kwei Quartey, y su novela se encuentra entre las más elogiadas en el terreno de lo policíaco, un género por lo demás poco frecuentado en el continente.

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La novela Chewing Gum, inicialmente escrita en árabe, fue prohibida por las autoridades libias, lo cual no impidió que corriera de mano en mano de manera rápida por su crítica satírica del régimen de GadafiChewing Gum es una novela corta, que explora la sociedad bajo el régimen de Gadafi. Su autor, Mansour Bushnaf es un reconocido escritor con una prolífica obra. Fue el primero en abordar el tema de la pena de prisión de escritores e intelectuales en una obra y logró publicarla, aunque le fue imposible difundirla. Ahora, a la edad de sesenta años ve traducida su primera novela al inglés, gracias a lo cual ha sido reconocida por los medios internacionales.

la-saison-de-l-ombre-de-leonora-miano

Leonora Miano publicó su última novela en 2013, La saison de l’ombre que “se inspira de los grandes temas históricos de África, como la trata de esclavos y el destino de los afro-descendientes, para darles un rostro concreto, enraizado en el cotidiano de sus personajes”. Escritora sin pelos en la lengua, arrogante para algunos y comprometida para otros, es una pluma imprescindible. Por esta obra ganó el Prix Femina y el Grand Prix du roman Métis y fue elogiada por la crítica.

“La estación de la sombra”, obra maestra y séptima novela de la autora, ganó el premio Femina en noviembre del 2013, el segundo premio literario en importancia en Francia luego del Goncourt. “Es una gran novela que recrea un mundo imaginario cautivante. Estamos ante una gran escritora a quién, sin lugar a dudas, le espera un futuro brillante”, concluyó Diane de Margerie, presidente del jurado. [Guin Guin Bali]

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