Especiales Otras lenguas, otros ámbitos

La literatura africana también se lee en euskera, catalán o gallego (II)

En el CCCB ha comenzado la exposición «Making Africa, un continente de diseño contemporáneo» que ya pasó por Bilbao, y que en Barcelona llega cargada además de eventos. Para los próximos días tienen programadas dos citas ineludibles para todos aquellos que aman la literatura. El 13 de abril Chigozie Obioma dará una conferencia bajo el título «África como relato» que presentará Ruth Fernández de Wiriko y el 18 lo hará Mia Couto bajo el título «Mi África».

Tanto el debut literario del nigeriano como la última novela del mozambiqueño han sido también traducidas al catalán. Els pescadors editada por Quaderns Crema La confessió de la lleona por Periscopi se unen a la publicación en este idioma de la primera y premiada novela de Fiston Mwanza Mujila, Tram 83 que, a diferencia de las otras dos, no está disponible en castellano. Tres títulos en lo que va de año no parece mala marca. Sin embargo, el pasado mes se quejaba en este blog Ester Riera, artífice de la librería La Ploma de Barcelona, de lo poco que se publica de literatura africana en general y aún menos en catalán.

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La traducción de estos libros se suele realizar desde el idioma original, casi siempre una lengua europea, o también del árabe, tal y como ha ocurrido, por ejemplo, con la última novela del egipcio Al Aswani,  L’Automòbil Club d’Egiptepublicada por Edicions 1984. Suele ser un proceso no exento de múltiples dificultades, que se intenta ejecutar con el máximo acierto, pero al que, a menudo, le caen las críticas de manera despiadada. El traductor, ese ser en la sombra, sin el que no sería posible el goce de tantas lecturas, tiene que lidiar además con la traslación de referentes culturales y lingüisticos propios de los diferentes mundos de los que provienen los autores.

El profesor Pere Comellas Casanova, que ha traducido  a múltiples escritores entre los que se encuentran Mia Couto, Paulina Chiziane, José Eduardo Agualusa, Germano Almeida o Baltasar Lopes, cree en la traducción «porque es la única manera de construir una literatura universal y porque demuestra, día tras día, y a pesar de todas las carencias y frustraciones, que cualquier lengua contiene potencialmente toda la experiencia humana.»

Sobre la importancia de la traducción y de los traductores escribe también Coetzee en uno de sus ensayos, que Mondadori ha recopilado, y los elogia de la siguiente manera: «Si a uno le pidieran el epítome de la profesión de escritor, «noble» no sería la primera palabra que le vendría a la cabeza. En cambio, «noble» sería un epítome bastante apropiado para el traductor, cuya luminaria es Fides y que no puede aspirar ni a la fama ni a la fortuna».

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Intentar proporcionar una lista cerrada de títulos no es posible, a pesar de que la mayoría de los libros que encontramos en catalán proceden de escritores conocidos. Por supuesto, los nobeles literarios aparecen en el listado. Achebe con su clásico Tot se’n va en orris, Soyinka con Els intèrprets, Gordimer con La filla de Burger y La història del meu fill, Mahfuz con Entre dos palaus o Coetzee con Desgràcia, L’edat de ferro y Vida i època de Michael K. Junto a Doris Lessing (El quadem daurat) y JMG Le Clézio (L’africà).

Junto a ellos surgen nombres tanto del norte como del áfrica sub-sahariana. El nen negre (Camara Laye), Papallona encesa (Yvonne Vera), La nit sagrada (Tahar Ben Jelloun),  Esperant el vot de les feres (Ahmadou Kourouma), Una carta molt llarga (Mariama Bâ), Contes de la sabana africana (Birago Diop), Amkul·lel, el nen ful (Amadou Hampâté Bâ), Memòries d’una doctora (Nawal al Sadawi), Els cercadors d’ossos (Tahar Djaout) o La dansa de la pantera (Véronique Tadjo), Le vieux nègre et la médaille (Ferdinand Oyono), El bevedor de vi de palma (Amos Tutuola), Etiòpiques (Léopold Sédar Sehghor), El pa de cada día (Mohamed Chukri),  La tieta Safeia i el monestir (Baha Taher), Somnis i assassins (Malika Mokkeden) y de Assia Djebar: Les nits d Estrasburg,  Dones d’Alger en les seves estancesOmbra sultana.

La literatura africana contemporánea está representada por Teju Cole (Ciutat obertá), Uzodinma Iwewala (Bèsties sense pàtria), Fatou Diome (El ventre de l’Atlàntic) o Dinaw Mengestu (Nens de la revolució y Els Nostres Noms) pero también por una serie de escritores, sobre todo magrebíes, como Laila Karrouch, Najat El Hachmi o Said El Kadaoui que escriben en catalán. De este último grupo, uno de los rostros más conocidos es la beninesa Agnes Agboton quien establecida en Cataluña publica libros en este idioma: Àfrica des dels fogons, Abenyonhú, Més enllà del mar de sorra o Contes d’arreu del món. Una mujer que trabaja en la recuperación de cuentos, leyendas y canciones de la tradición oral de su país y escribe en gun y en francés, en castellano y en catalán.

1 comment on “La literatura africana también se lee en euskera, catalán o gallego (II)

  1. charmingyellow

    Dios mio quiero ir.. voy a ver!!!

    Me gusta

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