Hay muchos escritores que utilizan Twitter para difundir sus libros, pero también para expresar sus opiniones sobre diversos temas. Maaza Mengiste es uno de ellos. A menudo, en sus tuits se lee el interés que muestra por intentar descomponer la imagen que se tiene de África y de su literatura en el mundo.
Esta escritora nacida en Addis Abeba, y en la actualidad residente en Nueva York, logró con su primer (y hasta el momento único libro), Beneath the Lion’s Gaze que narra los últimos años de Halie Selassie desde el punto de vista de una etíope (libro traducido, por cierto, a varios idiomas pero no al castellano), el reconocimiento internacional. Ella, junto a Dinaw Mengestu, son los actuales representantes de una literatura, la etíope, que al igual que otras, tiene mucho que aportar.

En su día ya mostró su punto de vista sobre el tema de las identidades, a raíz de la concesión del Premio Caine al escritor Tope Folarín y la polémica que se abrió después. Maaza lamentaba de esta manera los condicionantes previos que se les suele pedir a los escritores africanos: “Parece que cada nuevo escritor con cualquier conexión remota con el continente africano, ya sea voluntaria o involuntariamente, primero tiene que lidiar con esta cuestión de la identidad antes de hablar acerca de lo que debería importar más: su libro”, en un artículo para The Guardian.
Ahora, se queja Maaza de los límites que está adquiriendo la «literatura africana». Afirma que hay que incluir en ella a todos los países del continente, no sólo a los anglófonos y francófonos. Además pone el acento en el hecho de que parece que la literatura que procede del continente es la elaborada únicamente desde Nigeria, Kenia o Ghana (me ha sorprendido que no mencione Sudáfrica). Finalmente, resalta que en Etiopía, Yibuti, Eritrea, Somalia o Sudán, hay también Achebes y Ngugis, que no acaban de llegar al resto del mundo a causa de las traducciones.
En LitERaFRicA, hemos ido realizando periódicos especiales para tratar de resaltar los libros que llegan desde el «Cuerno de África» (qué poco me gusta esta denominación). Conociendo que estos especiales nunca estarán finalizados, siempre se irán completando, aporto esta vez las recomendaciones de Maaza. La escritora etíope nos descubre la obra del eritreo Gebreyesus Hailu y su The Conscript [en], un libros sobre la lucha anticolonialista de Libia, la recién publicada African Titanics [en] del también eritreo Abu Bakr Hamid Kahal en el que habla sobre la emigración africana, o la obra de la somalí Cristina Ubax Ali Farah.
Hagamos de África el árbol de la vida
Tsegaye Gabre-Medhin (1936-2006), Kebede Micheal o Hadis Alemayehu, pertenecen ya a los clásicos, los tres escribían en amárico (o en alguna otra de las más de 100 lenguas y 200 dialectos que se hablan en Etiopía) pero algunas de sus obras han sido traducidas al inglés.
En Etiopía, el inglés (y no el italiano como muchos creen) es lengua oficial junto al amárico. De las abundantes obras literarias etíopes originarias en amárico, pocas han sido sin embargo traducidas, como el clásico Fikir Eske Mekabir de Hadis Alemayehu (1910-2003) que se tradujo en 2005 bajo el título Love unto Crypt por el escritor etíope Sisay Ayenew, trabajo que le llevó la friolera de trece años.
De las pocas mujeres que escriben en Etiopía y que residen allí se puede mencionar a Tsehay Melaku o a Hiwot Teffera, a quien el año pasado la «Addis Ababa University Press» le tradujo su novela “Tower in The Sky”, la cual versa sobre la época del Derg.
En la literatura contemporánea, Maaza nos indica el camino:

Bewketu Seyoum, es un joven poeta que ha publicado dos colecciones de poemas en amárico, muy aclamados, así como un libro de relatos cortos y varias novelas que son muy leídas en Etiopía. En 2011 fue atacado por un diácono al considerar que había escrito un artículo blasfemo, «A Saint with No Legs». En la actualidad, goza de mucha popularidad y su obra ha sido traducida en algunas compilaciones como Modern Poetry in Translation.
Gabriella Ghermandi nació en Addis Abeba y después se trasladó a Italia, a Bolonia, donde nació su padre. Ha publicado relatos en diversos medios y revistas. Es coordinadora y promotora de la revista online «El Ghibli«. Además, promueve el proyecto musical The Atse Tewodros Project, que forja colaboraciones entre músicos etíopes e italianos. Este proyecto toma como símbolo al emperador Tewodros, quien fue el primer emperador que dio a Etiopía la oportunidad de modernizarse respetando sus tradiciones. De manera similar, el proyecto pretende respetar la música tradicional etíope, mientras se abre al diálogo y al intercambio.
En la actualidad, Ghermandi tiene una novela publicada, Reina de las flores y de las perlas [ita] para Donzelli Editore. Se trata de «un largo viaje en el tiempo y el espacio, ya que narra la vida y las vicisitudes de una familia etíope en el período de la dictadura de Mengistu Haile Mariam, y en la siguiente década de emigración. Una novela que atraviesa más de cien años de historia, desde la época de Menelik hasta hoy.»
0 comments on “La queja de Maaza Mengiste”