Uno de los personajes de Medio sol amarillo, Richard el británico, llega a Nigeria porque quiere escribir un libro; está enamorado del arte de Igbo Ukwu y, en concreto, maravillado por la vasija de cuerdas de bronce (Pot roped), uno de los artefactos que allí se encontraron. Datada entre los años 800-900 A.D, se encuentra, en la actualidad, en el Museo Nacional de Lagos. Igbo Ukwu fue una ciudad en el estado de Anambra. Los hallazgos que se encontraron allí, además de ser objetos artísticos de gran belleza, probaron cómo algunas comunidades africanas estaban civilizadas más de mil años antes de la llegada del hombre blanco, y que aquellos antepasados también tenían tecnologías avanzadas. El trabajo con bronce de Igbo Ukwu es un fenómeno aislado en el tiempo, después desarrollado en otras partes de Nigeria. Algunos entendidos simplemente han descrito el Pot Roped Igboukwu como la escultura de bronce más complejas jamás fabricada por el hombre. La atención a la simetría y los detalles en el acabado son sorprendentes, y muchos más artefactos como estos fueron fabricados en el corazón de Alaigbo cuando la mayoría de la Europa de hoy estaba en la Edad Media. Las espirales huecas en la base del vaso tienen gran parecido con la Vía Láctea.
La nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie siempre ha huido de las historias únicas. Lo anterior es un reflejo de ello: del intento de dar a conocer la narración desde los hechos que interesan a una persona africana y que demuestran lo perversa que puede ser la historia cuando solo se narra desde el lado occidental. Es muy conocida la charla que dio en julio de 2009 para TED Talks titulada “El peligro de una sola historia” en la que, entre otras afirmaciones sin desperdicio, decía: «La historia única crea estereotipos y el problema con los estereotipos no es que sean falsos sino que son incompletos. Hacen de una sola historia la única historia.»
He de confesar que remoloneé bastante antes de decidirme a abrir Medio sol amarillo. Tenía la sensación de que me estaban dando gato por liebre y que iba a entrar en uno de esos novelones intragables con grandes críticas favorables. Sin embargo, nada más alejada de la realidad que esta apreciación inicial. Chimamanda sortea, con elegancia e inteligencia, el peligro de aburrir. Ella tiene habilidad más que suficiente para contar historias y capacidad para hacernos entrar en su mundo. Y la historia desgarradora de Biafra y de sus gentes, lo merece.
Los personajes principales son la pareja de gemelas, Olanna y Kainene, cada una con su propia personalidad (Olanna, hermosa y triunfadora y Kainene, sarcástica y enigmática), pero ambas muy fuertes, más fuertes que muchos de los hombres que aparecen en el texto; su capacidad para hacer frente a cada situación de manera serena, firme y valiente, sabiendo tomar decisiones cuando llega la ocasión, es uno de los mejores valores que esconde este libro de más de quinientas páginas y que rompe con el estereotipo de la mujer africana sumisa y abnegada. Junto a ellas, emergen sus correspondientes parejas, Odenigbo (el intelectual africano que derivará en decepcionante) y Richard (el periodista británico que quiere ser escritor).Y Ugwu. La elección del joven Ugwu, un criado procedente del ámbito rural y analfabeto pero muy curioso e inteligente y con ganas de saberlo todo, como uno de los personajes principales es un acierto, ya que logra que empatizemos de forma inmediata con lo que se nos cuenta y, con posterioridad, a medida que la narración se va adentrando en escenarios más sombríos, repensemos nuestra impresión inicial ante el conocimiento de sus actos, que solamente los lectores llegaremos a conocer, siendo los únicos que podremos juzgarle.
Se trata de una novela centrada en una historia de amor (doble) que ha de atravesar todo tipo de obstáculos personales, de vaivenes emocionales, de toma de decisiones dolorosas y valientes, en el difícil momento histórico que les toca vivir. La narración de sus vidas cotidianas nos ofrece una potente descripción de la vida media-alta nigeriana, con su propia división en clases, donde también algunos privilegiados tienen criados, sin voz y sin derechos. Es la historia de amor la que nos ayuda a hacer la lectura de manera ágil porque este libro tiene mucho más que eso en sus entrañas.
La trama gira en torno a la guerra civil nigeriana, que se llamó «guerra de Biafra». There was a country: a personal history of Biafra (2012) es el último libro de Chinua Achebe, quien falleció en marzo de este año (por este libro ha recibido varias críticas, llegando a acusarle de re-escribir la historia). Achebe, como Adichie, fue un igbo, y participó en el aparato cultural de la efímera República de Biafra (1967-1970). «Mi objetivo no es proporcionar todas las respuestas, sino plantear preguntas y quizás provocar algunos dolores de cabeza» dijo al respecto del libro. El escritor plantea que los igbo dominaron el comercio y el sector público en un país donde los tres principales grupos étnicos (los yoruba, hausa e igbo) se disputaban la supremacía, en la época de la independencia. Achebe atribuye a los igbos gran autoestima, valores democráticos inherentes y capacidad de adaptación. Los igbos se sentían no deseados en Nigeria, lo que provocó que buscaran su propio lugar. Achebe selaña cómo cuando todo cesó en 1970, quedaron tres millones de igbos muertos. No fueron meras víctimas de guerra, se trató de un calculado genocidio. Hubo un bloqueo, el hambre se usó como arma de guerra y provocó millones de muertos.
Seis años antes, Chimamanda, había publicado esta novela y Achebe la había elogiado. En él la denuncia tanto de la colonización como de la descolonización con sus atroces consecuencias es permanente: «La verdadera tragedia del poscolonialismo no es el hecho de que la mayoría de la gente no tuviera voz para expresar si deseaba o no un mundo nuevo; lo peor es que nadie les ha proporcionado los medios necesarios para encajar en él.» La guerra de Biafra, con el genocidio de miles de igbos, con el silencio internacional, con sus motivos disfrazados en guerras étnicas cuando de por medio hubo otros intereses (petróleo), es el tema central de la novela. La escritora resalta en varios momentos que no hubo nunca ese enfrentamiento tan encarnizado entre etnias («La idea de que los recientes asesinatos son producto del odio ancestral es engañosa. Las tribus del norte y del sur han mantenido contacto durante mucho tiempo, su convivencia se remonta al siglo noveno, tal y como atestiguan algunas de las magníficas alhajas descubiertas en los yacimientos de Igwo Ukwu»), hubo enfrentamientos (otra escritora nigeriana, Buchi Emecheta, en su libro Las delicias de la maternidad escribe que tanto yorubas como igbos se habían sentido superiores unos respecto de los otros), pero la causa principal del estallido, según la autora, fue una estrategia británica, muy en la línea del “divide y vencerás” que ya hemos conocido en otros países (¿os suena?), para mantener el control sobre todo el territorio.
Y la hambruna. Se denuncia cómo se usó cómo arma de guerra. Se habla de cifras que no están claras, pero se habla sobre todo de vivencias, de sufrimientos y de personas. Nadie paró aquello; “El mundo guardó silencio mientras morimos” se afirma de manera rotunda. La población de Biafra sufrió la situación de escasez de comida tanto por el bloqueo de Nigeria como por el miedo a que los alimentos estuvieran envenenados. Y aún resuena aquella palabra, que tendría que ser delito, “kwashiorkor”: «No sabía que hubieran bautizado la enfermedad con el nombre del primer ministro británico. Pero las ganas de reír se le pasaron de golpe cuando entró en la habitación de Adanna. La niña estaba acostada en una estera, con los ojos medio cerrados. Olanna le acarició la mejilla con el dorso de la mano para comprobar que no tuviera fiebre, aunque ya lo sabía. Tendría que haberse dado cuenta antes. Adanna tenía el vientre hinchado y la piel muy pálida, mucho más que hacía unas semanas.»
La esperanza en un futuro nuevo que representaba el medio sol amarillo, se eclipsó. Acabó la guerra, pero la situación de hambruna continuó. Finalizó la guerra, pero cada persona igbo que tenía una cuenta bancaria en Nigeria recibió veinte libras, no importaba lo mucho que tuviera en sus cuentas antes del conflicto. Terminó la guerra, pero algunas familias igbo siguen esperando, una vida siempre en permanente sombra, en permanente incertidumbre, que un hijo perdido, una hija perdida, vuelvan a casa.
Ante el libro de Achebe muchos han querido descartarlo alegando que la guerra sucedió «hace mucho tiempo». Se reabren antiguas (o no tan viejas heridas), sobre todo porque se recuerda que algunas de las personas que jugaron papeles importantes en los hechos están vivas hoy en día. La impunidad continúa y ningún libro sobra nunca para denunciar, para hacernos preguntas, para mirar de frente lo que ha ocurrido y como dice Chimamanda «aunque sólo sea para empezar a entender cómo hemos llegado a estar donde estamos hoy«
Él escribe sobre la hambruna. Era una de las armas de guerra nigerianas. La hambruna hizo posible la separación de Biafra, le valió fama y sostuvo su existencia mientras duró. La hambruna hizo que el mundo entero fuera consciente de la situación y prorrumpiera en muestras de protestas y manifestaciones en Londres, Moscú y Checoslovaquia. La hambruna hizo que Zambia, Tanzania, Costa de Marfil y Gabón reconocieran a Biafra, y también que África entrara en la campaña de Nixon e hiciera que padres de todo el mundo obligaran a sus hijos a comer. La hambruna llevó a las organizaciones de ayuda humanitaria a enviar clandestinamente partidas aéreas nocturnas de comida a Biafra. La hambruna impulsó la carrera de muchos fotógrafos. Y también la hambruna fue lo que hizo que la Cruz Roja Internacional considerara Biafra la situación de emergencia más grave desde la segunda guerra mundial.
Ficha:
- Título original: Half of a yellow sun (2006)
- Idioma: Original: Inglés
- Traducción al castellano: Editorial Random House Mondadori (2007)
- Traductora: Laura Rins Calahorra
- Imagen de portada: Abby Weintraub
- Premios: Premio Commonwealth Writers’ Prize for Best First Book (2005) por «Flor púrpura» y Orange Prize fiction por «Medio sol amarillo»
- Para saber más:
- «Entrevista a Chimamanda Adichie Ngozi«- El País 2009 [Castellano] Carlos Callejón
- Críticas/reseñas:
- Revista Rambla
- Biblioteca de Africa
- Si quieres leer una crítica de este libro en inglés, puedes hacerlo en el Blog de Mary Okeke.
“Medio sol amarillo” (2013), la película
El escritor Biyi Bandele se estrena con la dirección de esta película, protagonizada por Chiwetel Ejiofor y Thandie Newton.
Criticas: Z’étoile Imma, en “Africa is a country” [inglés]
Acabo de leer este libro y quisiera dejar mi reseña del mismo.
Lo primero que debo decir es que el libro me pareció magnífico. La forma en que Chimamanda Adichie narra la historia además de ser muy amena logra que el lector llegue a sentir en carne propia la historia que en el libro se cuenta. Esto es aún más importante cuando lo que se nos está transmitiendo es algo tan lejano para todos nosotros como es la guerra, el hambre, y la desidia.
Los personajes que nos presenta también son entrañables. De la mano de Odenigbo, Olanna, Kainene y Ugwu, uno va entrando en su mundo, y pese a las distancias culturales que nos separan con el Africa negra, llegué a sentirme identificado con ellos.
Como última reflexión que me gustaría compartir, quiero decir que no nos podemos olvidar que esta historia fue y sigue siendo realidad en la mayoría de Africa. Hoy por ejemplo tanto Sudan del Sur como la República Centroafricana están viviendo una situación similar a la que se muestra en Medio Sol Amarillo. Y con esta situación todas las historias de vida como las de Odenigbo, Ugwu y el resto que se repiten incansablemente.
Por último agradecer a Sonia, quien me terminó de abrir una puerta que yo estaba empujando que es la de la literatura africana que tanto me apasiona. Sigo por este rumbo y haciendo mis aportes a este hermoso blog que con todo su trabajo puedo disfrutar.
Gustavo
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Estupendo tu comentario Gustavo. Me alegro de que te haya gustado. Ahora han editado «Americanah», el último libro de Chimamanda en castellano, va a ser el próximo que comente en el blog.
Cuando quieras, aquí tienes un hueco.
Un abrazo
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Disculpa, podrías pasarme el libro? mi correo es srita.ho0ney@gmail.com , te lo agradeceria 😀
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