Djebar, Assia Farah, Nuruddin Premios Literarios wa Thiong'o, Ngugi

El déjà vu de los candidatos africanos al Nobel de Literatura

descarga (2)

Empiezo a sentir una especie de déjà vucada vez que se anuncian las apuestas para ganar el Premio Nobel de Literatura, en relación con los posibles nombres que se barajan en general y en particular por parte del continente africano. Si clikais aquí, aquí y aquí vais a entender en seguida el porqué.

La diferencia fundamental está en el orden, en 2010 el primero de los autores africanos con posibilidades era el keniata Ngũgĩ wa Thiong’o y parece que ocurre lo mismo este año. En cambio, en 2013 se le adelantaba la argelina Assia Djebar. El somalí Nuruddin Farah, en cambio, siempre ha estado en un discreto medio. En las apuestas de Ladbrokers para este año (es muy significativo que los posibles ganadores salgan de los resultados que arrojan los apostantes, lo que ahonda en la imagen que el propio premio refleja para muchos) aunque el japonés Haruki Murakami sigue estando el primero, sorprende que el segundo y tercer puesto lo ocupen escritores africanos, podría deberse a algún tipo de filtración, ya que a estas alturas los candidatos, que han sido nominados por miembros de la propia Academia Sueca, profesores de literatura en importantes universidades, sociedades literarias de gran prestigio o los propios autores premiados en ediciones anteriores, se han reducido a 5 nombres.

Si bien la lista repite posibles ganadores, sin introducir ninguna novedad por el momento (el año pasado se mencionó que también estaba Mia Couto-a recordar que ha ganado el «Premio Internacional Neustadt de Literatura» 2014-conocido como el Nobel americano, Ben Okri o Chimamanda Ngozi Adichie), no propiciará la polémica que surgió el año pasado en el continente africano. Cuando, tras la muerte de Chinua Achebe,  Wole Soyinka desveló, en una entrevista para «Sahara Reporters», que había recibido peticiones y solicitudes por escrito para que él, como ex ganador del premio, utilizara su posibilidad de nominar candidatos y apoyará el nombre de Achebe para concederle un premio póstumo. Soyinka consideró tal petición como algo «obsceno e hipócrita» y que, en el fondo, le hacía un flaco favor al ya universal nigeriano; Chinua Achebe no necesitaba ganar ningún premio póstumo para ser considerado un gran escritor, su obra ya hablaba por él.

Este año se apunta con fuerza, de nuevo, hacia Ngũgĩ wa Thiong’o. Su primera novela fue escrita en 1962 Weep not Child (traducida al euskera por la editorial Txalaparta, bajo el título Negarrik ez, haurra), en la que contaba la oposición de los Mau Mau frente a la autoridad colonial británica, después vinieron, entre otras, Un grano de trigo, El diablo en la cruzMatigarisu hilarante, brillante y genial El brujo del cuervo, cuya historia transcurre en la imaginaria República Libre de Aburĩria. Su faceta de pensador ha alumbrado varios títulos como el ensayo Decolononising the Mind: The Politics of Language in African Literature y también ha escrito obras de teatro como Ngaahika Ndeenda Ngaahika Ndeenda (Me casaré cuando yo quiera), que fue representada en Kenia y motivo de su encarcelamiento. Lo más reciente lo ha publicado en 2012 con la segunda parte de sus memorias, In the house of the interpreter. En Ngũgĩ, se une una alta calidad literaria con una vida de compromiso y denuncia.

Si bien no es una mujer (13 ganadoras de un total de 113, de las que sólo una ha sido africana: Nadine Gordimer, ninguna africana negra), escribe en su lengua materna, gikuyu o kikuyu. Para un premio en el que la mayoría de los ganadores son escritores en lenguas europeas (el top lo tiene el inglés e idiomas como el árabe solamente tienen un ganador en nómina, el también africano Naguib Mahfuz), un ganador que se negó a usar la lengua del colonizador, desafiando la hegemonía del inglés, y apostó por el uso de una lengua propia, con los obstáculos para la difusión que suelen acompañar a este tipo de opciones, sería una victoria y un reconocimiento también para las miles de lenguas que en el mundo siguen vivas y tienen voluntad de perdurar y seguir siendo vehículo de expresión literaria.

Pero, tan injusto como el olvido de tantos otros nombres que deberían de haber figurado como ganadores, eternos candidatos que nunca lo lograron, puede ser el hecho de que  Ngũgĩ wa Thiong’o pase a ser recordado como una rara avis; algo así como «el Nobel que escribía en un idioma africano», es decir, como otro exotismo más que unir al continente. Me estoy adelantando, lo sé, pero es mejor decirlo desde ya: Ngũgĩ wa Thiong’o es un gran escritor, que ama su cultura y que además escribe en su lengua materna: una lengua africana, gikuyu. 

5 comments on “El déjà vu de los candidatos africanos al Nobel de Literatura

  1. De los cuatro históricos yo siempre me había decantado por Achebe. Como eso ya no es posible, mi apuesta estaría en Assia Djebar (africana, bereber y mujer), a Thiong’o lo veo demasiado «politizado» para la Academia. Farah jugaría el papel de «desconocido», pero eso ya lo han cubierto con Mo Yan.
    Como la poesía ha sido premiada hace poco lo de Adonis tendrá que esperar.
    Mi intuición me lleva a que le toca a un dramaturgo: William Trevor, Sam Shepard,…
    Así que Assia me parece actualmente la opción más factible para un premio africano.
    De todas formas, lo de las casas de apuestas no es de fiar mucho, no recuerdo si el año pasado o el anterior figuraba en la lista la de las sombras de gray, así que hay mucho cachondeo (y ganas de tirar el dinero).
    Un saludo.

    Me gusta

    • Sí, tienes razón lo de las casas de apuestas no es muy de fiar, pero entre el secretismo de la Academia y las filtraciones que parecen estar detrás de las apuestas, es lo único que queda. En mi caso son una excusa para escribir sobre escritores que me parecen excelentes y volver a difundir su obra, que les den el Nobel es fruto de muchas circunstancias, como lo sé, aprovecho el tirón para hablar de ellos y ellas. Un saludo

      Me gusta

      • Bueno, pues no sé cómo les ha ido a las casas de apuestas, pero lo que es mi intuición no ha sido fina precisamente, como adivina no tengo precio.
        Saludos.

        Me gusta

      • Como para acertar lo de Modiano que siempre está pero en un discreto segundo plano. Cada vez estoy más convencida de que lo del Nobel es algo a lo que no debería dar tanta importancia. Para el año que viene voy a hacer un «Yo Prometo», no fijarme en las apuestas ni en los medios. Un Nobel que ha reconocido a 15 escritores de Francia y a 4 de toda África no me parece un premio a tener en cuenta. Ya lo decía Chinua Acebe, el Nobel es un premio europeo.
        Pierde Ngugi, pierden las mujeres escritoras, pierden las lenguas no europeas. Con el Nobel se pierde más que se gana (bueno algunos ganan mucho, claro, que de eso se trata)

        Me gusta

  2. La verdad es que me gustaría saber cómo se mueven los agentes de los escritores antes de las concesiones.
    Reconozco que de los últimos veinte o veinticinco premiados son más los que me interesan y gustan que los que no me interesan ni gustan, pero reconozco también que no hay término medio, los que no me interesan, no me interesan absolutamente nada.
    Yo todos los años me planteo no echar cuentas y al final nada, caigo. Creo que la única vez que me acerqué de verdad fue cuando se lo dieron a Transtromer del que publiqué algo de su poesía en mi blog un par de días antes del premio. El resto de mis predicciones durante muchos años han sido un desastre, y cuando se lo han concedido a alguien por quien yo había apostado en algún momento, como a Munro, me ha cogido absolutamente por sorpresa.
    Con lo bien que hubieran quedado dándoselo a Djebar, mujer, árabe, africana, en francés y cuasidesconocida en las librerías, salvo en las francesas.
    Otra vez será.

    Me gusta

Deja un comentario