No ficción Vinieron de fuera

Gente remota-Evelyn Waugh

51EUsakGdYL._SY300_Breve resumen:

El 19 de Octubre de 1930, con veintisiete años de edad, Evelyn Waugh —que alcanzaría gran fama con su novela Retorno a Brideshead— emprende viaje hacia la lejana Etiopía con el propósito de relatar, para el periódico londinense The Times, los fastos de la coronación del nuevo emperador de Abisinia, el Ras Tafari, autodenominado Haile Selassie I, Rey de Reyes. El acontecimiento congrega a altísimos dignatarios de las grandes potencias y algunos miembros de las familias reales europeas. Tras casi un mes de celebraciones y despropósitos —que traen a la memoria del escritor pasajes de Alicia en el País de las Maravillas— Waugh decide continuar su extravagante excursión por África. Cinco meses después es depositado en los muelles de Southampton por un trasatlántico procedente de El Cabo. Este libro es el relato irónico, brillante y divertido de aquel viaje. (Fuente: Ediciones del Viento)

«Tenía un sentido tremendo de la aventura y en el libro queda clara también su experiencia personal. Era un finísimo escritor, un grandísimo observador y con un extraordinario sentido del humor. Recomiendo este libro con toda mi alma», dijo Javier Reverte.

Ficha:

  • Título original:  Remote people (1931)
  • Idioma: Inglés
  • Traducción al castellano: Ediciones del Viento, 2003
  • Traductora: Paula García Manchón
  • Imagen de portada: Un grupo de sacerdotes de la Iglesia Etiope posa en traje de ceremonia. Dos de los sacerdotes sostienen cruces similares a las que el Emperador de Etiopía regaló a la Catedral de Washington. Autor desconocido, Etiopía, enero de 1931. (c)Hulton-Deutsch Collection/Corbis
  • Otras publicaciones de esta obra: «Gente remota». Ediciones del Viento. De bolsillo

Tras leerlo:

Hale Selassie no solo fue Rey de Reyes, León de Judá y Emperador de Etiopía (1930-1974), también es para los Rastafaris la encarnación del Mesí­as según la profecí­a de Marcus Garvey, liberador del Caribe y fundador del movimiento Rastafari. Sobre Hale Selassie, Ryszard Kapuściński  escribió un libro titulado “El Emperador” donde hacía un recopilatorio de las entrevistas que había conseguido del entorno y de la corte imperial del negus. Antes, en 1930 Evelyn Waugh había sido testigo directo de su coronación y ése es el punto de partida de este libro.

Si Leon Wieseltein calificó el libro de Kapuściński como una mezcla del Ubú rey, de Jarry, y de los despachos de prensa, Evelyn Waugh habla de lo que vio en estos términos: «De hecho mis pensamientos vuelven una y otra vez a Alicia en el País de las Maravillas cuando trato de establecer algún  paralelismo histórico de la vida en Addis Abeba». Es decir, entre el absurdo y lo maravilloso.

Antes del relato de la coronación que ocupa las 68 primeras páginas, con ironía y humor que seguirá durante todo el libro, el escritor nos ha descrito a las personas que le acompañaban en su viaje en barco hasta Djibuti. La propia presencia del escritor será fruto de una suerte de azar; ya que decide ir a Abisinia cuando se entera de la coronación y le proporcionan las credenciales de prensa, embarcándose hacia el evento como un auténtico aventurero. En las primeras páginas leemos los conocimientos, a cual más absurdo, que la sociedad del momento tenía sobre Etiopía: «se decía que la Iglesia de Abisinia había canonizado a Poncio Pilato, y ordenaba a sus Obispos escupiéndoles en la cabeza…que la gente vivía a base de carne cruda e hidromie, entre otras afirmaciones tan delirantes como las anteriores.

descarga
Evelyn Waugh. Foto:www.nndb.com

Evelyn Waugh opina y expone su punto de vista abiertamente, sin enmascararlo. Estamos en 1930, con gente remota, en Abisinia y todo lo que acontece allí le resulta lo más parecido a “Alicia en el País de las Maravillas” (sensación derivada del choque entre su “civilizado” mundo, era un firme creyente de la civilización, y lo que se encuentra en la “primitiva” África, también la compara con la Israel de Saul y la Escocia de Macbeth). «En Addis Abeba todo era azaroso e incongruente; uno acababa aprendiendo a esperar siempre lo más inesperado, y aún así, siempre se sorprendía.»

Pero de la mano, mordaz y crítica de Waugh, no escapa nadie. Este libro contiene una implacable denuncia del modo de actuar de algunos medios de comunicación. Describe una forma de comportarse que por avidez de noticias “amarillas” (así considera a la coronación), incita a los reporteros a escribir las crónicas “antes de que ocurrieran”. «Lo que me sorprende al leer en la prensa las descripciones de la coronación no es que mis colegas más impetuosos se hubieran permitido ser chapuceros acerca de los detalles o que hubieran cometido alguna que otra exageración de los aspectos más románticos e incongruentes del asunto. Me parecía que habían presenciado una serie de acontecimientos muy diferentes.» Tampoco deja de criticar el comportamiento «tipo contagio» que había llevado a las «Potencias civilizadas« a, no solamente llevar regalos al emperador, sino a incluir la presencia de casas reales y altos mandatarios en la celebración: «no dábamos demasiada importancia a Tafari -señaló el sirviente inglés- hasta que nos enteramos de que vuestro Rey había mandado a su propio hijo a la coronación. Y, finalmente, también opina sobre los etíopes y el momento que ha ido a contar, una sucesión de acontecimientos de carácter increíblemente espectacular, y una forma de vida, mezcla de modernidad y de barbarie, europea, africana y estadounidense, que tenía definitivamente una personalidad propia.»

Después, decide continuar su viaje por África. Harar (Etiopía) le defrauda («nadie sabe lo que es aburrirse de verdad hasta que no llega al trópico«) y le decepciona al intentar encontrar pistas sobre la estancia de Rimbaud en aquellas tierras, en vano. Aden (Yemen) le fascina y, lo que adivinaba como espantosa estancia (Kenia), será todo lo contrario. En cambio, en Zanzíbar (la isla a la que todos van) la belleza que encontró Burton le será escamoteada. Uganda y Congo completan el periplo.

A lo largo de todo el texto, Waugh no oculta su opinión respecto a los africanos/as: los gruesos labios y narices aplastadas de algunos etíopes son rasgos que cree producto de la «infección de la sangre de esclavos; alude a los rostros simiescos y piel tiznada de los somalíes», o a las voces de las mujeres árabes, «ningún sonido realizado por ser humano es tan insufrible como las voces de dos mujeres árabes discutiendo.» Alaba el colonialismo del Imperio Británico y lo compara con el Belga. Y va soltando aquí y allí frases como éstas: «En el Este de África aún no hay negros que estén en posición de contemplar siquiera el considerarse  en igualdad con los blancos; la cordura anglosajona continúa estando intacta en este sentido.»

A Evelyn Waugh se le ha tachado de misógino, racista, reaccionario, antisemita, arisco y agresivo. Pero también de ser un magnífico escritor, irónico y con sentido del humor. «¿Para qué salir al extranjero? Mejor conocer antes Inglaterra. Sencillamente, Londres le da cien mil vueltas al continente negro.» Antes de pronunciar esta frase había realizado un viaje de cinco meses, toda una aventura, en 1930, entre gente remota. 

Pero es bastante seguro  que, en el optimismo expansionista del último siglo, África no hubiera permanecido sola. Quisiera o no, iban a arrojarle encima toda la basura de nuestro continente; el transporte mecánico, el Gobierno representativo, el trabajo organizado, apetitos estimulados artificialmente hacia la variedad de la ropa, comida y entretenimiento esperaban a África a la vuelta de la esquina. Todos los elementos negativos iban a llegar inevitablemente.

Sobre el  autor:

Evelyn Waugh nació en Hampstead, Inglaterra, en 1903. Tras licenciarse en historia moderna por la Universidad de Oxford, publicó su primera novela, Decadencia y caída, en 1928. En los siguientes años aparecieron Cuerpos viles (1930), Merienda de negros (1932), Un puñado de polvo (1934) y Noticia bomba (1938). Viajó intensamente por Europa, África y América, experiencias que recogió en los libros Etiquetas: viaje por el Mediterráneo (1930), Gente remota (1931) o Noventa y dos días (1934). Tras los años de guerra, en los que sirvió entre Yugoslavia y Oriente Medio, dio a la imprenta, entre otros títulos, la novela Retorno a Brideshead (1945), que le proporcionó fama mundial. En 1964 publicó su último libro, Una educación incompleta, que había de ser el primer volumen de una autobiografía inconclusa pues el autor murió en 1966. Si bien en su país pronto fue reconocido como uno de los grandes novelistas del pasado siglo, en el resto del mundo la fama llegaría con posterioridad a su muerte ocurrida en 1966, con la versión para la televisión de Retorno a Brideshead (Fuente: “Me gusta leer” y “Ediciones del viento”)

Obras: 

  • Viaje por el Mediterráneo (2002). Editorial/es:  Ediciones Península S.A.
  • Retorno a Brideshead  (2002). Editorial/es:  Mediasat Group, S.A.
  • ¡Noticia bomba! : novela de periodistas  (2003). Editorial/es:  Círculo de Lectores, S.A.; Ediciones El País, S.L.
  • Cuerpos viles (2003). Editorial/es:  Círculo de Lectores, S.A.
  • Hombres en armas (2003).Editorial/es:  Ediciones Cátedra, S.A.
  • Elena (2003). Editorial/es:  Editorial Planeta DeAgostini, S.A.
  • Noventa y dos días (2004)  Editorial/es:  Ediciones del Viento, S.L.
  • Ronald Knox  (2005). Editorial/es:  Ediciones Palabra, S.A.
  • Una educación incompleta : autobiografía parcial  (2007)    Editorial/es:  Libros del Asteroide
  • La prueba de fuego de Gilbert Pinfold   (2007). Editorial/es:  Homo Legens, S.L.
  • Merienda de negros (2008). Editorial Anagrama, S.A; Editorial Cahoba Promociones y Ediciones.

Para saber más:

0 comments on “Gente remota-Evelyn Waugh

Deja un comentario