Supongo que todos tenemos un mundo de imágenes y luego está lo desconocido. Esto último puede desbaratar todas las imágenes previas anteriores o, al menos, puede descolocarlas o reestructurarlas. Leer una novela como esta, autobiográfica aunque descriptiva de una vida que en muchos aspectos es común a tantos seres humanos, es leer las palabras sinceras y abiertas, rotos todos los tabúes y miedos, del que quiere expandir su recorrido vital, sin nada ya que perder.
Dura, como caminar por un camino árido, sucio y maloliente. Como atravesar campos llenos de viscosos brazos que quieren atraparte y hundirte en lo más profundo, de donde temes ya no volverás a emerger de la misma manera. Si leer es adentrarse en los mundos de los otros, con este libro nos zambullimos en lo más hondo de la miseria. Nos habla de cómo aguantar la extrema penuria (al qahr), el no poder aguantar el hambre, el correr a intentar conseguir ese mendrugo de pan a secas que es lo único que comerá, hoy, mañana… ¿siempre?.
Hablo y escribo sobre los niños de la calle, y me llega este relato. Y todo lo que imaginaba se queda corto. Como si tuviera una llama encendida en mis manos, el libro me quema, me estorba, me irrita, tengo ganas de cerrarlo. Pero no puedo.
Abiertas las venas para que veamos con mayor facilidad lo que somos incapaces de ver, Chukri nos va desgranando su vida de niño. Desde la primera página sabemos que no va a haber lectura tranquila. El lenguaje es seco, directo, preciso y duro como una piedra. No quiere adornos en su escritura y no los necesita, en pocas palabras logra lo dificil: decir tanto y tan extremo.
Infancia desoladora la que nos narra. Infancia tejida en las calles, lugares desasosegantes donde el niño tiene miedo a ser violado, duerme a la intemperie, expuesto a las mordidas de ratas, rodeado de borrachos, drogadictos y prostitutas (sin querer juzgar a ninguno de ellos). Niños a los que la vida les cierra el paso, les margina, les compadece, pero no les da alternativa.
Es un niño «en» y «de» la calle. Forma parte por momentos de una familia y por momentos se ve obligado a huir de ella. Núcleo familiar horripilante, con un padre violento hasta el límite, que golpea tanto a esposa como a hijos, y firme decidido a no trabajar nunca en nada para ser mantenido por su esposa e hijos. Con una madre que le quiere pero plegada a los dictados del marido, sumisa y doblegada. Crítica valiente al patriarcado musulmán. Modelo que se impone en su vida, hombre violento-alcohólico-parado, que pega a su mujer y mujer a la que solo se utiliza para el sexo. La huida como única alternativa de este niño apaleado física y moralmente y enfrentado a la cruda y dramática realidad que soportan todos a los que han cerrado cualquier otro camino, sin oportunidades de ningún tipo.
El niño obligado a prostituirse, que fuma kif y bebe, que se acuesta con prostitutas sin rozar siquiera el enamoramiento verdadero, ausente parece el amor de estas vidas hechas de jirones y sangre. Cabe pensar que todo el demoledor relato, con sus frases y momentos crudos es fruto de la situación que le ha tocado vivir al niño-joven, imponiéndole unas coordenadas de las que ve imposible salir. Tan solo de forma extraordinaria al final… ¿de verdad?.
Nos explotaba tanto a ella como a mí. También mi patrón hacía lo propio conmigo; otros chicos ganaban más que yo trabajando los mismo. Por eso decidí comenzar a robar a quienes me explotaban, aunque se tratase de mis propios padres. Consideré el robo como algo legítimo entre gente sin moral.
Ficha:
- Título original: Al-jubz-al-hafi (1973)
- Idioma: Árabe
- Traducción al castellano: Editorial Cabaret Voltaire (2012). Edición revisada por el propio autor.
- Traductora: Rajae Boumediane El Metni
- Otras publicaciones de esta obra:
- El pan desnudo. Editorial Debate, Circulo de Lectores, Montesinos Editor
- Ogi hutsa. Igela Argitalatxea (Euskera)
- El pa de cada día. Edicions Bromera (Catalán)
- Cine: El libro El pan desnudo fue adaptado al cine por Mohamed Rachid Benhadj en 2004, en una producción italo-franco-argelina
- Maldita calle (2003) de Juan José Ponce es un documental que es los ojos y las palabras de alguien que fue niño de la calle, el escritor Mohamed Churkri. Podéis verlo aquí
- Curiosidad: Esta obra de culto estuvo prohibida durante casi dos décadas en los países árabes. (Fuente: Cabaret Voltaire)
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